Después de un suculento y muy dulce desayuno en el Monasterio, partimos hacia Racalmuto. Un verdadero pueblito del interior de la isla, muy pequeño, lindo. Es el lugar donde nació Leonardo Sciascia, quizás el escritor más importante de Sicilia.
Racalmuto
Curiosa manera de sacar la basura
Catedral de Racalmuto
La siguiente parada fue en Enna. Situada en el centro de Sicilia, su posición a 1000 metros sobre el nivel del mar, permite dominar toda la provincia, y según dicen, en días despejados, se pueden divisar los dos extremos de la Sicilia, el Volcán Etna y Erice.
Enna, Castillo
Vista de Enna, desde el castillo.
Techo del Duomo.
Racalmuto
Curiosa manera de sacar la basura
Catedral de Racalmuto
La siguiente parada fue en Enna. Situada en el centro de Sicilia, su posición a 1000 metros sobre el nivel del mar, permite dominar toda la provincia, y según dicen, en días despejados, se pueden divisar los dos extremos de la Sicilia, el Volcán Etna y Erice.
Enna fue sucesivamente asediada y conquistada por bizantinos, árabes, suevos y aragonés. El castillo actual se construyó sobre uno árabe que restauraron los normandos.
Fue Federico II de Suevia quién fortificó el relieve irregular de Enna con un sistema de veinte torreones de los que se conservan tan solo seis. El más alto, el de Pisana ofrece las vistas más privilegiadas de la ciudad.
Enna, Castillo
Vista de Enna, desde el castillo.
Techo del Duomo.
La catedral también es muy impresionante, con techo de madera.
De Enna, fuimos a Piazza Armerina, Villa Romana del Casale para ver los mosaicos
La villa de Casale (a pocos kilómetros de Piazza Armerina) fue la lujosa residencia de Maximiano, que gobernó el imperio del 286 al 305 d.c, en un contexto de fragmentación del imperio en dos partes, el imperio de Occidente y el de Oriente.
El recorrido por las diferentes salas se efectua por unas pasarelas metálicas que nos permiten no erosionar los mosaicos además de permitir visualizarlos con cierta perspectiva para admirar su grandiosidad.
La visita a la Villa, nos dio una idea de como era la vida en esa época. Las explicaciones que están en cada sala ayudan a comprender.
Nuestro siguiente destino era Ragusa, pero la ruta se complicó, no tomamos la autopista, con lo cual, llegamos por un camino vecinal a Caltagirone. Decidimos hacer noche ahí, sin ninguna expectativa, porque no sabíamos siquiera de su existencia. Encontrar hotel no parecía una tarea fácil, cuando entramos a un negocio a preguntar, le dije a un muchacho "¿Qué hay para ver aquí?" y me contestó, " solo la escalera" y tampoco parecía que hubiera hotel.. Pero un parroquiano de ahí, nos recomienda un bed and breakfast. Nunca estuvimos en un B&B tan lindo, El Gualtiero colmó nuestras expectativas, estaba en la Piazza San Francesco D'Assisi, la habitación era enorme, en un palazzetto, comodísimo.
Caltagirone fue una agradable sorpresa, no sólo su escalera es espectacular , con sus 140 escalones, con inscripciones en cerámica en cada uno, sino toda la ciudad es arte y cerámica. Es la capital de la cerámica y actualmente es una ciudad que sigue conservando su aspecto medieval a pesar de que tuvo que ser reconstruida después de sufrir un terrible terremoto en 1693 que también asoló en la parte “más oriental de la isla”.
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